A veces, el cuerpo no necesita fuerza, sino escucha. El método Poyet-Pialoux es una terapia manual sutil, no invasiva, que trabaja desde la calma y el respeto profundo hacia el organismo. En Clínica Sarrià, lo utilizamos como parte de nuestros tratamientos globales para aliviar dolores, mejorar desequilibrios y promover el bienestar integral.
¿Qué es el Método Poyet-Pialoux?
Es una técnica terapéutica desarrollada por Maurice Poyet y ampliada por su discípulo Daniel Pialoux, basada en la observación del movimiento respiratorio primario (MRP) del cuerpo, una pulsación rítmica sutil que recorre los tejidos.
A través de este ritmo, el terapeuta detecta microdesequilibrios y los corrige con ajustes suaves y precisos, generalmente desde el cráneo, sin necesidad de manipulaciones forzadas.
¿Qué lo hace diferente?
- No es invasivo: se trabaja con un contacto leve, sin crujidos ni maniobras agresivas.
 - Actúa de forma global: una corrección en un punto puede equilibrar otros a distancia.
 - Escucha al cuerpo: el ritmo y las tensiones del tejido guían el tratamiento.
 - Estimula la autorregulación: no se impone un cambio, se favorece que el cuerpo lo haga por sí mismo.
 
¿Para quién está indicado?
El método Poyet-Pialoux es adecuado para personas de todas las edades, incluidos bebés y personas mayores. Es especialmente útil en:
- Dolores musculares o articulares crónicos
 - Migrañas, vértigos, insomnio
 - Ansiedad, estrés o fatiga persistente
 - Alteraciones posturales
 - Apoyo en procesos emocionales
 - Trastornos digestivos o ginecológicos funcionales
 - Problemas derivados del parto (en madre y bebé)
 
No sustituye a tratamientos médicos, pero puede complementarlos y potenciarlos de forma segura.
¿Cómo se trabaja en Clínica Sarrià?
En tu sesión con el método Poyet-Pialoux:
- Realizamos una valoración funcional y energética.
 - Observamos el MRP en diferentes zonas (cráneo, sacro, diafragma…).
 - Aplicamos correcciones suaves, sin manipular, guiados por el ritmo del cuerpo.
 - El cuerpo comienza a reestructurarse y reequilibrarse, de forma natural y progresiva.
 
Los cambios son sutiles pero profundos, y muchas veces el bienestar aparece sin que la persona sienta «que le han hecho algo».